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El estudio está avalado por la Organización
Meteorológica Mundial (WMO) y por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA). En la elaboración de la primera evaluación
exhaustiva realizada en los últimos cuatro años, concluyendo que gracias a
las medidas adoptadas por el "Protocolo de Montreal relativo a las
Sustancias que agotan la capa de ozono", en vigencia desde 1989, se está
cumpliendo el objetivo de recuperar los niveles de referencia de 1980.
El informe
declara que, de no ser por este protocolo, los niveles de concentración
atmosférica de gases dañinos podrían haber llegado a multiplicarse por
diez antes de 2050. Sin embargo, todo parece indicar que el proceso se ha
revertido.
El protocolo de Montreal habrá
evitado dos millones de casos anuales de cáncer de piel en 2030
Las sustancias más nocivas son los gases
clorofluorocarbonos y los halones. Estos productos se han usado en
refrigeradores, atomizadores, espumas de aislamiento y equipos de extinción de
incendios. En 1987, estas sustancias produjeron cerca de diez gigatones, aproximadamente
siete veces el poder destructivo de las bombas que destruyeron Hiroshima y
Nagasaki, de emisiones de dióxido de carbono. Teóricamente, en la actualidad
esas emisiones han disminuido más de un 90%. En la práctica, se sabe que
hubo reducciones generales de la capa de ozono en las décadas de los 80 y los
90, en los 2000 hubo un estancamiento y, actualmente, hay indicios de
recuperación.
Según los cálculos del PNUMA, la aplicación del
Protocolo de Montreal habrá evitado dos millones de casos anuales de
cáncer de piel en 2030, además de impedir lesiones oculares, daños al
sistema inmunológico humano, y de proteger la fauna, la flora y la agricultura.
La suerte que pueda correr la capa de ozono depende de las concentraciones de
dióxido de carbono, metano y óxido nitroso
La eliminación de sustancias nocivas también ha
tenido efectos secundarios beneficiosos para el clima mundial, ya que muchas de
esas sustancias son también gases con potente efecto invernadero.
Sin embargo, el estudio también
advierte que con el rápido aumento de ciertos sustitutos, que también son
gases de potente efecto invernadero, podría perderse el terreno ganado. De
hecho, los científicos alertan de que la suerte que pueda correr la capa de
ozono en la segunda mitad del siglo XXI depende, sobre todo, de las concentraciones
de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los tres principales gases que
permanecen en la atmósfera.
Noticia investigada por John León Cueva
Noticia investigada por John León Cueva
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